Piscina prefabricada o de obra: la elección adecuada para tu instalación acuática

Si quieres instalar una piscina en tu vivienda unifamiliar o bien en el recinto de tu comunidad de vecinos, pero dudas entre prefabricada o de obra, sigue leyendo, porque vamos a ayudarte a valorar las características que tendrás que tener en cuenta para gestionar este interesante proyecto lúdico-deportivo.

Tanto la elección de un tipo de instalación u otro es válido, siempre que se cuente con una empresa fabricante de calidad que nos dé garantías.

No obstante, para que una piscina prefabricada o de obra aguante bien en el tiempo, es preciso contar con una buena construcción e instalación.

Características de la fabricación e instalación de piscina prefabricada o de obra

Las piscinas de obra son fabricadas in situ, en el mismo lugar, y están construidas con muros de hormigón, por lo que siempre será necesario el vaciado del hueco, salvo en los casos en que se elija una piscina elevada. Después se deberá crear la estructura con ladrillo y tabique, armar después la estructura con hormigón, y acto seguido habrá que construir el vaso contenedor y proceder luego a la instalación y conexión de las infraestructuras de fontanería o tubería del perímetro. Más tarde se procederá al acabado y resvestimiento de la estructura interior con gresite / liner, la recubierta del perímetro y la colocación de la piedra de coronamiento, y finalmente se acondicionará el resto del perímetro de la instalación, colocando cesped natural, artificial o baldosado, y cualquier otro elemento necesario por normativa. 

Por supuesto, las piscinas de obra, como cualquier otra obra civil en una vivienda o urbanización, requieren de licencia para ser construidas, y habrá que presentar un proyecto de dicha obra en el ayuntamiento correspondiente para recibir el visto bueno y comenzar la misma. También se deberán abonar las tasas correspondientes para dicha licencia urbanística, que será otorgada si no hubiera más impedimento, según los plazos legales establecidos.

En cuanto a las piscinas prefabricadas, en cambio, se fabrican primero en base a unos estándares de formas y tamaños predefinidos, y después son trasladadas hasta el lugar en el que se va a efectuar la instalación, ya sea sobre el suelo o elevadas. El tiempo de instalación suele ser menor que el de las piscinas de obra, no sólo por sus dimensiones, menores generalmente, sino también por los menores requerimientos previos a la instalación. 

En algunos casos, sin embargo, sí existen piscinas prefabricadas enterradas o semi-enterradas que necesitan de ciertos trabajos de excavación e instalación de tuberías, combinándose entonces ambas modalidades de instalación.

Tamaño y forma

En la piscina de obra, el propietario puede elegir la forma que quiere dar a dicha piscina, pues al ser construida in situ, tiene un diseño libre y puede ser personalizada en dimensiones y profundidad. Este tipo de piscina es muy recomendable si se pretende diseñar una piscina con una forma atípica o simplemente se quiere aprovechar bien el espacio y esto obliga a salirse de las dimensiones estándar.

Piscina de obra

En relación a las dimensiones y formas de las piscinas prefabricadas, aunque hoy en día hay una gran variedad, debemos limitarnos a los modelos existentes, sin opción a personalización, teniendo en cuenta además que no suele haber modelos de más de 10,75 m de longitud, 4,15 m de ancho y 2,10 m de profundidad. ¿El motivo? La dificultad que supondría el traslado de dicha instalación acuática prefabricada hasta la vivienda.

Tiempo y precio

Centrándonos ya en las cuestiones principales de tiempo y precio, pero siempre en relación con el punto anterior, si lo que quieres es un diseño o formas especiales, o dimensiones específicas para tu piscina, las piscinas de obra son la respuesta, pues se realizan in situ en base un diseño propio previamente acordado con la empresa fabricante. 

En cambio, las piscinas prefabricadas, previamente diseñadas y estandarizadas, no se realizan de manera exclusiva para cada vivienda, pero suponen una diferencia notable en el precio que suponen, pues el ahorro puede rondar entre un 30% y un 40% del precio total frente a las piscinas de obra.

En cuanto al tiempo de instalación, normalmente es mayor en las piscinas de obra que en las prefabricadas. Por lo tanto, valora el tiempo y el presupuesto que quieres invertir antes de optar por uno u otro modelo.

Materiales

En la piscina de obra siempre tendrás un mayor abanico de materiales entre los que escoger, tanto en el armazón como en los acabados. Hay diferentes tipos de hormigón, así como materiales como el liner, gresite o fibra, y dentro de cada tipo, distintas calidades y precios.

En cambio, en las piscinas prefabricadas las opciones son más limitadas. Suelen utilizarse materiales ligeros, y, por tanto, algo menos resistentes al paso del tiempo. Si quieres que tu piscina sea duradera, hay que darle especial importancia al tipo de materiales con los que está hecho y buscar una buena calidad de fabricación.

Piscina prefabricada o de obra. Elegir en función de los materiales.

Mantenimiento

Por último, debemos indicar que no existen grandes diferencias entre el mantenimiento de una piscina de obra o una piscina prefabricada e, independientemente del modelo de instalación que elijas, deberás prever la misma inversión para un correcto mantenimiento periódico de la instalación. 

Tanto el tiempo como el dinero invertido en mantenimiento dependen, sobre todo, de las dimensiones de la piscina, el uso esporádico o habitual que se le dé a la instalación acuática, y el tipo de limpieza y mantenimiento que se quiera realizar (con procedimientos y equipamiento automatizados o con mantenimiento manual de la instalación).

Si quieres conocer más sobre este punto, puedes visitar nuestra entrada de post sobre mantenimiento de piscinas, donde te aclaramos todas las dudas que te puedan surgir al respecto.

Recomendaciones finales entre piscina prefabricada o de obra

Por último, independientemente del tipo de piscina que elijas, te aconsejamos siempre:

  1. Elegir una empresa instaladora que tenga experiencia en el producto que ofrece.
  2. Pedir información sobre los materiales y calidades, así como diferentes presupuestos detallados.
  3. Hacer uso de instaladores con experiencia en el gremio, y conocedores de las características del producto y el tipo de instalación elegida.

A menudo, guiarse por el precio no es el método más adecuado y, a la larga, puede salir incluso caro, pues reparaciones futuras pueden elevar considerablemente el coste total de la instalación.

Ten en cuenta que la instalación de una piscina, ya sea prefabricada o de obra, es una inversión a largo plazo, y nuestro consejo es que te dejes guiar y aconsejar por profesionales del sector, con experiencia y trayectoria demostrable en instalaciones deportivas acuáticas, para que de esta forma tengas un respaldo en el tiempo y puedas disfrutar de tu piscina en condiciones óptimas toda la vida.

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